No puedo imaginarme a un dios que premia y castiga a los objetos de su creación, cuyos propósitos han sido modelados bajo el suyo propio; un dios que no es más que el reflejo de la debilidad humana. Tampoco creo que el individuo sobreviva a la muerte de su cuerpo u otras vidas : esos no son más que pensamientos de miedo o egoísmo de lo mas ridículo”.
Albert Einstein
Missit me Dominus
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